lunes, 16 de agosto de 2010

Y el cerro nos abraza

Hasta pronto mi amor, no me esperes despierta,
que a la mina me voy a cumplir mi faena.
Buen obrero yo soy, como lo es mi padre,
y con él abrazados nos vamos esta tarde.

También besa al hijo que arropado en su cuna,
recita una plegaria para la buena fortuna;
de trabajar en la tierra y arrancarle a la sierra
con sudor y alegría todas nuestras esperanzas.

Algo no está marchando, me lo dice el instinto,
desde que hemos entrado siento que no es lo mismo.
Se lo he dicho a mi padre, que no acepta augurios,
ya termina mi turno y vuelvo a lo seguro;
a tu beso, a tu abrazo, al calor de mi hijo,
al lecho en que soñamos un mundo tan distinto.

De pronto un estruendo de mil caballos corriendo,
la tierra está temblando, el cerro nos abraza.
Perdoname amor mio si tu beso queda pendiente
guardalo para nuestro niño que mi vida se apaga

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